Friday, August 26, 2011

Ellas y Nosotros

En la bulla agravante de los encuerados, de los que a veces cubren su cabeza solo con su cabello, de los que la monotonía y lo "normal" los agobia con plasticidad, falsedad, tintes de cabellos, maquillajes, cirugías... vestidos ajustados, piel descubierta, cambio de color, de piel, de ojos, de alma... allí, están ellas. Entre todos, solo se ven sus ojos… profundos, duraderos. Aquellos que juegan a escaparse entre miradas, como queriendo gritar de entre las telas que cubren todo su ser. Su mirada, cansada, llena de vida, de historias, fuerte y a la vez sumisa, saluda como estrechando una mano en el aire, como dando un suave beso de cortesía, rozando piel entre piel, dos perfectos extraños...como los prohibido. Como presentándose por primera vez, a la distancia. Y le observan... le miran, le juzgan, le esconden. Su unicolor manto, sin arruga alguna, perfectamente ajustado al marco de su cara, muestra el arte en la pureza de ser mujer... Sujetado sigilosamente por alfileres peligrosos y tenues. Tal vez veas sus manos, o tal vez solo sus zapatos, que sobresalen, como queriendo saludar otra parte humana que baila orgullosamente descubierta en los demás. Ellas también observan, el cabello, que se mueve en el viento, que se moja y alborota, que se desenvuelve en la espalda de muchas... Los delineantes de los cuellos descubiertos, lo profundo de un escote, el largo de las piernas doradas por el Sol... y a veces le crean sorpresa, a veces. Su manto contiene vida, perfume, devoción, disciplina... miedo, tristeza u orgullo. El de los demás, una pequeña bufanda tal vez, los cubre del frío y adorna un abrigo.